Mi locura es el silencio roca,
En donde no puedes escuchar
Mas que los latidos de tu corazón,
El correr de tu sangre.
Mi locura es la sombra nube,
Que cubre todo a su paso
De la cual es imposible esconderse
Porque oscurece el ser.
Mi locura es la certeza de ti,
Eres tan cierto que eres un sueño,
Sueño del que desperté
para no volver a soñar
BUSCADOR
NO PUEDES HACERME IR
No puedes hacerme ir
No puedes amar aquí
En tu quietud de sueño
No puedes hacerme ir
No puedes hacerme real
Porque soy olvido y soledad.
No puedes hacerme ir
Porque no soy tu sol ni tu tempestad
No puedes hacerme ir
Porque no quiero
Brisa, humedad y besos
Quiero estar ahí
Pero no puedes hacerme ir
No puedes amar aquí
En tu quietud de sueño
No puedes hacerme ir
No puedes hacerme real
Porque soy olvido y soledad.
No puedes hacerme ir
Porque no soy tu sol ni tu tempestad
No puedes hacerme ir
Porque no quiero
Brisa, humedad y besos
Quiero estar ahí
Pero no puedes hacerme ir
LIBRE
Quisiera ser libre para volar
Y tomar el océano en mis manos
Arrojarlo en tus ojos
Y que ellos se ahoguen
En su torbellino
Que se embraguien de su ímpetu
Volar en la noche e invocar
El olimpo
Para que los dioses
Calmen mi desdén
Ese desdén que solo pide verte.
Y tomar el océano en mis manos
Arrojarlo en tus ojos
Y que ellos se ahoguen
En su torbellino
Que se embraguien de su ímpetu
Volar en la noche e invocar
El olimpo
Para que los dioses
Calmen mi desdén
Ese desdén que solo pide verte.
NUNCA SE DESPEDIRME DE TI
Nunca sé despedirme de ti,
siempre me quedo con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia que a veces,
gota a gota, se convierte en desesperación.
Nunca se despedirme de ti,
porque no soy el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto o el que mira los coches,
en dirección contraria,
corriendo a la ciudad en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme,
porque soy un ciego que tantea por el túnel de tu mano
y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras que no saben pronunciar.
Extrañado de amor, nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí camino a la nada.
siempre me quedo con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia que a veces,
gota a gota, se convierte en desesperación.
Nunca se despedirme de ti,
porque no soy el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto o el que mira los coches,
en dirección contraria,
corriendo a la ciudad en la que acabas de quedarte.
Nunca sé despedirme,
porque soy un ciego que tantea por el túnel de tu mano
y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras que no saben pronunciar.
Extrañado de amor, nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí camino a la nada.
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