Los muertos no fueron otros
Estaban por todos lados
En la esquina escondida
En el umbral del crepúsculo
En el grito del silencio.
Los muertos no fueron otros
Estaban en los tiros culpables
En el corazón creyente
En la renuncia que no llego
En el luto secuestrado.
Los muertos no fueron otros
Éramos nosotros los presentes
Asistimos sin temor
A una muerte
Que tal vez estaba anunciada.
Los muertos no fueron otros
Fuimos usted y yo amigos,
y lo sabíamos
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